Teatro Cánovas. 13/05/2012
Texto: Carmen Baquero | Fotos: Web de la Compañía
Yo me bajo en la próxima ¿y usted? Es la crónica de un domingo por la tarde en un teatro medio lleno de espectadores que prefirieron viajar con la pareja protagonista de esta obra en lugar de seguir a un equipo de fútbol que se jugaba un sueño...entrar en la Champions.
Contra todo pronóstico, y a pesar del día, me encontré con un nutrido grupo de espectadores que rondaban la cincuentena o algunos años más. Espectadores dispuestos a subirse al tren del recuerdo.
Producciones Imperdibles nos ofrece esta propuesta, siguiendo la línea de trabajo iniciada con su anterior montaje Pareja Abierta. Cambiando a Fó por Marsillach, pero volviendo a centrar su trabajo en una comedia que a partir de situaciones cotidianas nos pasea por la España de hace cuarenta años.
Yo me bajo en la Próxima ¿y usted? Nos cuenta la historia de una pareja que se conoce en un vagón de tren y terminan haciendo juntos el viaje de sus vidas, el viaje de compartirlas.
Nos pasean por su relación y por muchos recuerdos personales, tanto de uno como de otro, y que son los responsables, a ratos, de las personas que terminaron siendo. Recuerdos infantiles, del descubrimento del amor y la sexualidad.
Debo admitir que, en mi caso, el viaje al recuerdo fue por partida doble. Acompañé a los protagonistas en el transcurrir de sus vidas y de la mía, pues con este texto una servidora se subió a las tablas del Conservatorio para representarlo, no era la primera vez que me subía a un escenario pero sí la primera vez, en muchos años, que unos alumnos de primero de Arte Dramático representaban una obra completa. Entenderán que le guarde un cierto cariño a este texto.
La propuesta de Producciones Imperdibles es bastante fiel al texto original, me atrevería a decir que incluso las canciones que sonaban eran las que las acotaciones ponían, pero es aventurarme demasiado a indagar en mi memoria.
Pero lo que si puedo asegurar es que es un viaje al pasado, a un pasado no tan lejano, a ese pasado que vivieron las generaciones de los padres de los treintañeros de hoy. Un pasado lleno de confusiones, de una sexualidad velada, de inocencia mezclada con ignorancia y de unas ganas tremendas de descubrir.
Este relación vive, paralela al advenimiento de la democracia y el fin de la dictadura, su paso por las muchas etapas que fueron convirtiendo ,pasito a pasito, a una en otra.
La propuesta de Producciones Imperdibles nos presenta una pantalla en la que se proyectarán imágenes con un toque retro, que ilustran el ayer de nuestra sociedad y dos paneles donde los protagonistas, y los protagonistas de los recuerdos de éstos, irán entrando y saliendo de nuestras vidas y las suyas. A través del humor veremos monjas que azotan más por placer que por otorgar merecidas penitencias, niños, y no tan niños ya, que juegan a los médicos, meretrices hartas de desflorar y aguantar a los españolitos que requerían muy a menudo de sus servicios, cabareteras que cantan y hacen paella o cantautores que recitan a la mierda, italianos que desfloran primaveras o madres despechadas. Una galería de personajes que nos enseñan qué ha ido conformando a unas personas que se encuentran al azar, tropezando, en un vagón de tren.
Dos desconocidos que vivieron su vida como pudieron y como supieron hacerlo, intentando capear con la moral social, la represión sexual y el miedo.
El trabajo se sustenta en la fidelidad al texto de Marsillach y el trabajo actoral de los actores que se desdoblan y multiplican hasta la saciedad.
Sentarme en la butaca a viajar por la sociedad que una vez fuimos me hizo salir del teatro con la certeza de que recordar de dónde venimos es un ejercicio muy necesario en estos tiempos que ahora nos está tocando vivir, y, a través de la risa el viaje se torna francamente placentero. Y salí del teatro soñando que esa chica a la que los grises tiran al suelo en una carga policial, no sea más que un anacronismo de un texto pensado para otra época.
Sin embargo, los pueblos que no aprenden de su historia, pueden estar condenados a repetirla...
De Adolfo Marsillach
Actores: Belén Lario de Blas y Javier Castro
Iluminación y Sonido: Sergio Collantes.
Escenografía: José Pipio
Música: Varios
Producción: Silvana Redivo
Asistente de Dirección: J.P. Ibañez
Dirección: José Mª Roca