Abril a junio. Teatro Echegaray.
Texto: Redacción | Fotos: T.E.
Tres proyectos de nuevo con sello malagueño cierran ésta primera temporada de producciones de Factoría Echegaray.Nacho Albert, Jerónimo Cornelles y Fran Perea dirigen las tres últimas obras de la temporada de la productora municipal, que se escenificarán entre abril y junio
Sigue la tónica de las anteriores producciones de Factoría Echegaray (Los puercos, Rama, El proceso y La presa), con tres semanas de exhibición de miércoles a sábado
Paco Pozo dará la réplica a Miguel Guardiola en un texto que ya se testó en una lectura dramatizada incluida en el ciclo Miradores de escena. La obra de Marco Antonio de la Parra es una comedia con una mirada crítica a lo individual y colectivo en torno a la pareja. En Monogamia confluyen lo afectivo, la ternura y la ironía, y se lanza un canto de fraternidad. La trama comienza cuando dos hermanos se citan en un club privado. Uno de ellos tiene una confesión que hacerle al otro sobre su vida privada. Hablan de infidelidad, pero también de respeto a los principios y sueños de juventud.
Texto del autor, intérprete, director escénico y gestor teatral valenciano Jerónimo Cornelles, subirá a las tablas en la segunda quincena de mayo.
La acción comienza en un extraño hospital. Cornelles ha emplazado allí a ‘Erika’, mujer de ‘Xandro’, que reza sin ser católica para que su marido, que acaba de tener un accidente, sobreviva. La aparición repentina de ‘Laura’, una transexual con un extraño traje de hada, reclamando algo que le pertenece, hará que este milagro pase a ocupar un segundo plano. ‘Dimas’, un psicólogo ‘tetraparético’, intentará ayudarlas ante la difícil situación en la que se encuentran, formando sin ser consciente un delicado triángulo.
Esther Lara será ‘Magda’, Ángel Velasco ‘Solomon’ y Steven Lance ‘Doctor Luria’ en la pieza de Pablo Díaz Morilla con la que Fran Perea debutará como director teatral.
Los espectadores asistirán a una obra que habla de los peligros de la memoria, tanto de sus excesos como de sus defectos, y que pone sobre el tapete la necesidad que tenemos tanto de recordar como de olvidar. Souvenir cuenta la historia de Solomon Shereshevski, el hombre que no podía olvidar, un periodista que en la Rusia de los años 20 fue diagnosticado de hipermnesia, la triste habilidad de recordar hasta el más ínfimo detalle vivido.