Abr 20 2017

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,Entrevista: Gregorio Filograna | Fotos: facebook

Que la experiencia es un grado, creo poca gente pondrá en duda, pero eso no significa que la juventud no tenga cosas que contar. Y salvo estando en posesión de la ciencia infusa en algún momento ha de iniciarse el contador de dicha experiencia.

Esta es la historia de Nuria Garrido Pérez, la tercera directora en presentar su obra de fin de carrera: El fantasma de la ópera. La benjamina, pero cuatro años le han dado un bagaje importante llegando a poner en escena musicales de la talla de Sweeney Todd y obras como ¡Ay, Carmela!
Es joven y humilde, pero tiene las ideas muy claras y  la firme intención de ofrecernos espectáculos grandes y grandilocuentes con una idea estética que mueve una gran legión de seguidores y que sin lugar a dudas entusiasmará a buena parte del gran público.
La juventud pisa fuerte y tiene importantes cosas que decir, y en poco menos de un mes quien suscribe esta entrevista será un espectador privilegiado que lo comprobará.

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,Aforo Libre: Eres la benjamina de los tres que representáis vuestras obras este año y no es lo habitual que los más jóvenes se decanten por dirigir ¿Por qué dirección en vez de interpretación?

Nuria Garrido Pérez: (risas) Es una pregunta muy graciosa. Siempre he pertenecido al mundo artístico, concretamente al plástico, siempre he dibujado, mi bachillerato fue de artes plásticas. Pero siempre me picó el gusanillo de la interpretación y la dirección, del mundo del espectáculo en general, concretamente los musicales en gran formato: El Rey león, La bella y la bestia, soy fanática de Disney. Al terminar el bachillerato te meten prisa para elegir algo me picó el gusanillo y me animé a entrar en la ESAD. Lo que pasa es que eché papeles para las dos pruebas, interpretación textual y para dirección. Había mirado caracterización también en Madrid pero me vine a hacer las pruebas a Málaga. Me llamaba más la atención interpretación, pero es cierto que en Bachillerato habíamos tenido asignaturas como audiovisuales en las que yo me encargaba de elegir vestuarios y cosas así. Además de eso también pertenecía a una chirigota de mi pueblo de Úbeda tocando la guitarra, en un coro rociero...y al fin y al cabo, dentro del mundo del espectáculo me gusta hacer las cosas de cierta forma, y la dirección es la solución para eso. Entonces probé... hice las dos pruebas de acceso, en interpretación textual me quedé en lista de espera y en dirección sí que entré.

A.L.: ¿Y qué sentiste?

N. G. P.: Me sentí muy joven...me preguntaba ¿Qué hago yo aquí? Todo el mundo era mucho mayor, solo tenía un compañero de mi edad que a día de hoy se ha ido a interpretación a Córdoba. Me sentía muy pequeña, muy poquita cosa entre gente tan grande. Y yo venía por el hecho de gustarme los musicales...y cuando nos empiezan a preguntar por obras de literatura, por autores, por directores, por compañías de teatro yo no sabía nada: entré en dirección siendo una inculta del mundo del teatro y mis compañeros aparte de tener esos conocimientos muchos venían del mundo del teatro para mi fue empezar de cero completamente. Era curioso cuando algunos profesores preguntaban por qué entramos en la ESAD y yo respondía "a mi no me gusta el teatro"...

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,A.L.: Y la cara de póker de los profesores sería para verla (risas)

N. G. P.: Sí, pero después rectificaba y decía "vamos a aclararnos: no me gusta el teatro textual, me gusta el mundo del espectáculo en general" con lo cual a mi lo que me gusta es queel público se siente y ofrecer poco menos que un espectáculo de fuegos artificiales, que vean algo grande, como si fuese un concierto. Por ejemplo, un monólogo me resulta aburrido, como tampoco los musicales de pequeño formato, porque soy muy ambiciosa en ese sentido. No era mucho de teatro, perfería irme al cine, pero si viene un musical como "La bella y la bestia" o "el circo del sol" . El propio circo tiene técnicas interpretativas y acrobáticas que puedo llegar a aplicar en mis espectáculos. El caso es ese, aunque a los profesores se les quedaba un poco la cara partida me aplico una cosa: cuando empiezo una cosa la tengo que acabar. Pero es cierto que conforme fui avanzando en primero y fui viendo cositas con profesores diferentes descubrí que no sólo me gustan los musicales, me gustan más cosas: la plasticidad del cuerpo, la danza...en resumidas cuentas: Pina Bausch. Y también gente como Bertold Bretch tan diferente a todo esto. Quieras o no vas descubriendo cosas durante cuatro años.

A.L.: ¿Y es lo que esperabas cuando entraste?

N. G. P.: Me lo esperaba más divertido, menos teórico, sobre todo en primero. Cuando entré fue un chasco porque mis compañeras de piso que están en interpretación están actuando casi siempre aunque tengan sus asignaturas de estudio y yo estaba todo el rato con apuntes ¡Me daba toda la envidia, y más sin estar con gente de mi edad! Aunque ahora en cuarto puedo decir que desde tercero en adelante ya no.

A.L.: ¿Cuáles son tus referentes teóricos y en la dirección teatral y cinematográfica?

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,N. G. P.: A nivel teórico en dramaturgia me rijo por Meyerhold porque no me gusta recurrir a Stanislavski y tirar de los sentimientos de los actores. Alguna vez he tenido que tirar de ello porque no había otra manera, pero al final como quedaban tocadillos he tenido que ponerme a contar chistes, pero intento tirar más bien del cuerpo, porque a través de él se pueden conseguir los sentimientos. Pina Bausch, Bretch...a nivel de cine, Tim Burtom, su estética, su expresionismo, sus personajes oscuros, Sweeney Todd. Y sobre todo una cosa que desde el año pasado estoy trabajando y va a ser mi trabajo de fin de grado es la estética steam punk: me encanta como todo lo antiguo lo podemos transformar en moderno, algo que ya usé el año pasado en Sweney Todd, este año en el Fantasma de la ópera también.

A.L.: ¿Y cómo es dirigir a actores de tu edad? ¿Te resulta más complicado dirigirles a ellos o a gente mayor?

N. G. P.: Es más difícil con gente de mi edad porque es difícil acabar separando la línea de la amistad, porque irte de cervezas con ellos y luego romper ese círculo dentro es difícil si no sabes separarlo. Con gente mayor es mucho más fácil.

A.L.: ¿Teatro para agradar al público o contar historias que te duelan?

N. G. P.: Fifty fifty. Hay que vivir, pero no puedo hacer algo que a mi no me agrade, porque en el momento en el que pierdes la ilusión, lo haces con desgana y al público no le llega.

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,A.L.: ¿Qué es lo que tiene el Fantasma de la ópera de tu biografía?

N. G. P.: A título personal tiene que es un personaje incomprendido por la sociedad por una deformidad que hace que le señalen. Si no eres como todos, estás fuera. Y por eso mismo se automargina, eso a nivel personal me toca porque tengo un familiar que se encuentra así debido a una minusvalía. Al fin y al cabo estás en un pueblo y la gente señala y hay falsos rumores y los agradecimientos de la obra van dedicados a él. Otro punto es el amor, sobre todo en la gente joven salir del asunto del amor romántico o el estereotipo de las princesitas en apuros de Disney. Hay que ser princesas guerreras, por eso no estoy de acuerdo con Disney y en el caso de Christine eso no es así, no es una princesa guerrera y se va al sol que más calienta y se va con Raúl porque la va a lanzar a la fama.

A.L.:Y de los antiguos montajes del Fantasma ¿Cuál te ha llenado especialmente?

N. G. P.: Pues yo a nivel cateto había visto la película en la que el prota es el mismo de 300, así en cds de videoclub que tenía pirateado y vi la película, que a decir verdad no tiene nada que ver. Cuando me decidí a hacer el musical, mi compañero de piso, que precisamente es el protagonista -¡Y es que vivo con mis dos protagonistas!- (risas) me dijo "Tu es que has visto la película, no veas la película, tu tienes que ver el musical, yo tengo el dvd, el del Royal Theatre del 50 aniversario." Así que lo puso...¡Y me quedé flipando! ¡Ese carnaval! ¡Esa puesta en escena! Y fue ahí cuando dije "¡Quiero ir a Londres a verlo!". Se lo propuse a Dani (el fantasma), se lo propuse a Inma (profesora de dirección escénica) y nos fuimos. No era en el Royal Theatre, era un teatro como la mitad de grande pero dio igual: cuando lo vi yo no podía parar de llorar... era una emoción que pensaba "¡Cuando vea yo esto puesto en escena a mi manera en la ESAD!" Fue un subidón de adrenalina brutal, una de las experiencias más fuertes que he podido tener en mi vida.

A.L.: ¿Qué tal está siendo el proceso de producción?

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,N. G. P.: Pues de los tres montajes que vamos a teatro, el Fantasma dura dos horas y media y vamos un poco con la lengua fuera porque hay que montar muchas cosas: la danza, la escena...casi todo se lo lleva el montaje musical, y tiene un gran trabajo en ese sentido Pablo, mi director musical...aunque el problema de los musicales es que el director tiene una parte muy poco gratificante porque la mayor parte del tiempo se lo lleva el director musical y tenemos poco tiempo para montar la escena y acaba siendo muy estresante para el director y los actores. Hay que intentar que todo el mundo ponga su granito de arena para sacarlo adelante. Pero a día de hoy estoy muy contenta con el resultado.

A.L.: Pregunta importante ¿Qué tal gestionan las críticas externas los actores, especialmente los más jóvenes?

N. G. P.: Las encajan regular los más jóvenes, según quienes, sobre todo cuando tras un trabajo piden opinión de alguien que sabe más y se llevan un palo, y acaban llegando al ensayo bastante deprimidos y tú tienes que decir "si tú estás trabajando conmigo es porque vales para lo que necesito".

A.L.: ¿Y la experiencia actuando ha sido una ventaja o una ventaja en ese sentido?

N. G. P.: Pues mira, para mi una desventaja porque yo nunca había actuado a nivel de teatro. He actuado este año en  "El pirata malapata" porque era una optativa y en una chirigota pero no considero que eso sea actuar, no es el mismo nivel de exposición real que tiene un actor. Intento empatizar.

A.L.: ¿Y cómo se siente un director después del estreno?

N. G. P.: El año pasado cuando estrené Sweeney Todd me senté en medio del patio de butacas con Inma nada más empezar y no podía parar de llorar. No me lo podía creer. Y cuando terminó tuve una sensación de vacío impresionante... no sabía qué podría hacer después de eso. En algún momento de mi vida tendré que remontarla.

A.L.: ¿Y qué dirías a futuros directores que quieran entrar en la escuela?

Nuria Garrido Pérez, El fantasma de la ópera, ESAD Málaga,N. G. P.: Hacen falta directores jovencitos porque pienso que son las mentes menos contaminadas, vienes con la inocencia de tus mundos de Yupi y se pueden sacar cosas muy valiosas. Cuando entré empecé tirando de mi imaginación y creatividad. Tenemos una onda diferente, una creatividad diferente y una imaginación diferente. Este año me ha sorprendido que hayan entrado tres directores jovencitos y me encanta. Yo con la edad que tengo me enfrento a un elenco de ventisiete actores. Si esto te gusta te acabas buscando las habichuelas, pero que hay que moverse. Si les ilusiona, que no lo duden.

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