06/11/2014. XXVIII Festival Internacional de Jazz de Málaga. Teatro Cervantes.
Texto: Carlos Guerrero | Fotos: Daniel Pérez / T C
El guitarrista Kurt Rosenwinkel presenta Star of Jupiter, su más reciente lanzamiento discográfico, en el 28º Festival Internacional de Jazz de Málaga.
Desde que Gary Burton lo reclutara en la Berklee, Kurt Rosenwinkel ha acompañado entre otros a Mark Turner, Brian Blade, Chris Potter o Joshua Redman, y ha publicado diez trabajos como líder. Nacido en Brooklyn, reside actualmente en Berlín. Su música, como su vida, vive en las dos orillas del Atlántico: bebe de Tony Williams y de Allan Holdsworth. Su guitarra destila jazz de vanguardia, guarda su universo intimista e irradia su visión caleidoscópica de un jazz moderno fruto de su personal revisión de la tradición. La arquitectura de sus composiciones es una compleja suma de contrafuertes musicales que se apoyan en una técnica depurada para generar una búsqueda perpetua del reposo, insinuado mediante notas fugaces que mantienen la tensión armónica resuelta como una obligación del discurso más que como un fin. Su música es un laberinto de emociones, poesía por descifrar que sólo alcanza su plenitud en la interpretación del escuchante.
A pesar de la interesante propuesta de Rosenwinkel, el teatro presentó una pobre entrada en la segunda cita del Festival Internacional de Jazz tras la cancelación del concierto de Lou Donaldson por alegados motivos de salud. La realidad es que la venta de localidades es escasa pese al abaratamiento de las entradas, lo que alimenta las suspicacias acerca de las razones que motivaron la cancelación de la cita del miércoles. Elucubraciones aparte, sería la poca afluencia de público un interesante objeto de estudio social, cuando parece que la gente se decanta por espectáculos de masas de dudoso valor estético, y ni siquiera los fieles al género son suficientes para sostener económicamente un encuentro dedicado a cualquier expresión cultural minoritaria.
Star of Jupiter (2012), el último lanzamiento de Rosenwinkel, conformó el grueso de los temas que se pudieron escuchar la noche del jueves en el Cervantes. Something, sometimes y Flute dieron muestras de la 
prematura sabiduría armónica del joven Alessandro Lanzoni, sugerente pero contenido en los solos, y eficaz en el acompañamiento, coloreando y reforzando el mensaje de la guitarra de Rosenwinkel. Andreas Lang sostuvo los tempos con ímpetu al contrabajo. Su mano derecha ancla al cuarteto, encontrando en la potente batería verborréica de Allan Mednard al perfecto aliado para marcar el paso con una amalgama rítmica al alcance de pocos, como demostró en The use of light. Aunque tardó en soltarse la banda, The remedy, cerca del final, fue lo mejor de la noche. Esta deconstrucción de la bossa en un bucle de tensiones y giros armónicos cautiva en una sucesión sin fin de enlaces entre el puente y la cabeza que acaba con una pregunta lanzada al aire en un acorde de guitarra.
En lo que a la sonorización respecta, los registros agudos del contrabajo se perdieron por la propia ecualización del instrumento, a lo que se sumó el excesivo protagonismo de la batería. Por otro lado, al igual que en el primer concierto, la iluminación fue paupérrima, limitándose a una tenue luz blanca uniforme sobre los músicos. Ni un rojo, ni un atmosférico azul se dignó a colorear la escena. Por suerte, la música pintó la sala, con recortes azul, rojo y verde en superposiciones infinitas.
Star of Jupiter
Kurt Rosenwinkel – guitarra
Alessandro Lanzoni – piano
Andreas Lang – contrabajo
Allan Mednard – batería
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