Dic 19 2016

Coque Malla es El último hombre en la Tierra en La Trinchera

Coque Malla, El último hombre en la Tierra, La Trinchera, 16/12/2016. Sala La Trinchera.

Autor: Carlos Guerrero | Fotos: Laura Villagordo

La sala La Trinchera mantiene el buen nivel de su programación con el concierto de Coque Malla.

Coque Malla, El último hombre en la Tierra, La Trinchera, Actor, compositor, guitarrista y cantante, el polifacético Coque Malla nos presentó su último disco, El último hombre de la Tierra (2016), el pasado viernes en la sala La Trinchera. Desde que dejara Los Ronaldos, el músico madrileño ha rehecho su carrera musical a base de pop elegante, con concesiones al blues, al soul y al rock. También con meritorios arreglos de cuerda y viento grabados en el estudio, obra y gracia, en esta ocasión, de su hermano Miguel. Si el público no te pide Sabor salado al final de cada tema, es que no lo debes estar haciendo tan mal.

A Coque le gusta disfrazar sus temas, como demostró con las versiones acústicas de Termonuclear (2010) grabadas en su casa y los posteriores cameos en Mujeres (2014). Por eso, la ausencia de la artillería de vientos y coros de Escúchame o las bellas cuerdas de La señal no merman la versión del directo, bien resuelta gracias a un sonido claro y con empaque en el que los planos y los volúmenes se ajustaron con precisión. Gracias también a una banda curtida y bien trabajada, compuesta por los teclados de David Lads, la batería de Gabriel Marijuán y el bajo y la guitarra de Héctor Rojo y Toni Brunet.

Coque Malla, El último hombre en la Tierra, La Trinchera, Con algo de retraso, en una sala que se resistía a llenarse, la guitarra acústica de Coque, en un rasgueo que nos recuerda la marcha de un tren sin paradas, enseñó los acordes de La señal, primer corte del disco y buena muestra de la nostalgia romántica que inunda sus canciones. Y es que Coque Malla ha pasado estos años por lo que en alguna entrevista él mismo denominó como un terremoto emocional y sentimental que plasma en las letras de su último trabajo. El rock más canalla de Escúchame empezó a meter presión en la olla. En el primer viaje al pasado visitó La hora de los gigantes (2009) con She´s my baby, rock and roll sin tapujos. De vuelta a los temas nuevos, llegó el turno de la dulce y siempre mentirosa excusa de Lo hago por ti, un giro sureño de pegadizo estribillo. El vals circense de El último hombre en la Tierra nos habló de todas esas cosas cotidianas que se pierden tras la ruptura; amargura en las letras con un envoltorio de armonías alegres que juegan con enfrentar sensaciones. Marca de la casa. Viajamos a Berlín para quedarnos toda la vida y después Coque nos leyó La carta. En el medio tiempo de Cachorro de león destacó el hammond de Lads entre la bella fragilidad de uno de los mejores temas de la noche. La cabaretera Todo el mundo arde preludió el inevitable Sabor salado que tantas veces hemos bailado y que tuvimos que volver a bailar. Pidió una banqueta para encarar la crudeza de Me dejó marchar, una herida abierta que acaba en un creciente lamento de inspirada melodía. Mejor cantarla sentado. Siguieron entre otras canciones, Lo intenta, Saca la lengua para bailar (que también volvimos a bailar) antes de Hace tiempo, que Coque remató a capela flanqueado por las voces al aire de Rojo y Brunet. Uno de esos detalles que dan caché al directo. Entre acordes muteados en la guitarra eléctrica apareció Santo, santo, un medio tiempo que esconde una plegaria de bella factura. Y el auditorio se pobló de pantallas para grabar No puedo vivir sin ti. Qué fea e inútil costumbre que se extiende por los conciertos. ¿De qué sirve mirar por la pantalla de tu móvil lo que tienes delante? ¿Acaso lo vas a escuchar después? ¿Se lo vas a enviar a quién?, ¡qué hubiera ido al concierto contigo! Sigo con la crítica, que me enciendo. Hasta el final parecía cerrar el concierto, pero volvió la banda al escenario para ponernos a brincar con Guárdalo con amor y cerrar la noche con la intimidad de Despierto.

Continúa la gira de Coque Malla por España. Si pueden, vayan, que no se lo cuenten y, sobre todo, que no se lo enseñen en la pantalla de un móvil.

Coque Malla, El último hombre en la Tierra, La Trinchera,