Dic 15 2018

Romeo y Julieta, Ballet Imperial Ruso, XXX Temporada Lírica, Teatro Cervantes,12/12/2018. Teatro Cervantes.

Texto: María del Mar Fernández | Fotos: Promociionales / TC

Una enorme decepción

Cuando la obra más emotiva de la historia se convierte en algo anodino.

Dentro de la XXX Temporada Lírica del Teatro Cervantes y del programa de Navidad se ha representado la versión en ballet de Romeo y Julieta, con música de Serguey Prokofiev y a cargo del Ballet Imperial Ruso.

Mentiría si no dijera que el Teatro Cervantes se vistió de gala y entusiasmo para recibir al Ballet Imperial Ruso, y en especial para ver su versión de Romeo y Julieta con la partitura de Seguey Prokofiev, pero lo cierto fue que, a medida que iban transcurriendo los minutos, el público fue enfriándose más y más, hasta el punto de que muchos terminamos con la cara petrificada de asombro, esa que pondríamos si nos regalan un enorme paquete envuelto en papel de colorines y, al abrirlo, comprobamos que dentro no hay nada.

Romeo y Julieta, Ballet Imperial Ruso, XXX Temporada Lírica, Teatro Cervantes,Desde que en 1935 el Teatro Bolshoi de Moscú contrató a Prokofiev para estrenar la partitura de Romeo y Julieta hasta nuestros días, éste ha sido un ballet difícil de bailar por su complejidad rítmica, “imposible”, dijeron los primeros bailarines que se enfrentaron a ella en el Bolshoi. Y esa dificultad se ve, se siente, en la coreografía de Mikhail Lavrosvsky que vimos en el Cervantes, coreografía basada en la que estrenó su padre, Leonid Lavrovsky, en el año 1940 en el Teatro Kirov de San Petersburgo.

Pero, independientemente de la complejidad de la música de Prokofiev, ¿por qué me he sentido tan decepcionada con este Romeo y Julieta? ¿Por qué no me he emocionado ni un segundo? ¿Por qué quería irme a casa antes del descanso?”

Después de meditar mucho he llegado a las siguientes conclusiones. Para empezar, los horribles y eternos cambios de escena. Una compañía de la categoría del Ballet Imperial Ruso no puede hacer cambios de escena en oscuro que duren más de cinco segundos. Y los hubo, y unos cuantos, que duraron varios minutos. El teatro isabelino, el de Shakespeare, es muy ágil en sus cambios de escena; por ejemplo, están saliendo Julieta, el ama y lady Capuleto de la habitación de Julieta por un lado del escenario e inmediatamente están entrando por el otro Romeo, Benvolio y Mercucio, charlando animadamente por la calle. No sé si esas largas esperas se sufren en todas las representaciones o han sido solo en el Cervantes por problemas técnicos. Sea como sea, deben solucionarlo, pues parte de la magia de la representación se les escapa por ahí.

La escenografía.

Romeo y Julieta, Ballet Imperial Ruso, XXX Temporada Lírica, Teatro Cervantes,En este caso de Evgeniy Lysik. Volvamos al teatro isabelino al que pertenece Romeo y Julieta. La escenografía en este tipo de teatro suele ser fija y con muy pocos elementos de atrezzo, —vean El Globe, en Londres—. Sin embargo, en la escenografía de Lysik, no solo utiliza un telón de fondo con muros pintados y una plataforma fija que representan la ciudad de Verona, los cuales ya dan grandiosidad a la escenografía, sino que además utiliza para definir espacios otros telones pintados que suben y bajan del peine, elementos corpóreos (muros) sobre carras y material de atrezzo. Al principio, toda esta apabullante escenografía llama la atención, pero a los diez minutos satura y ensucia lo verdaderamente importante: el trabajo de los bailarines.

Las interpretaciones.

Con todo el respecto del mundo al trabajo de cada uno de los miembros de la compañía, especialmente de los bailarines, he de decir que no llegaron a emocionarme ni un solo momento. Y estamos hablando de Romeo y Julieta. Y eso se notó en los aplausos después de cada escena, que fueron escasos, cortos y con poca intensidad. ¿Qué resaltaría? Las escenas de esgrima, muy complejas y bien ejecutadas, todo el trabajo de Julieta y algunos momentos de Romeo, Mercucio y Benvolio.

Espero que la frialdad con la que se vivió en el Cervantes el Romeo y Julieta del Ballet Imperial Ruso haya sido algo puntual, un mal día, y que lo normal sean noches de representaciones memorables. Así lo deseo.


Romeo y Julieta

Ballet Imperial Ruso

Música: Sergei Prokofiev
Coreografía: Leonid Lavrosky
Solistas: Lina Sheveleva, Nariman Bekzhanov, Denis Simon / Dinu Bulmaga, Maxim Marinin /Artiom Derbedeev / Zhanat Chubanova, Vladimir Dorofeev / Artiom Derbedeev, entre otros.
Director artístico: Gediminas Tarandá

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