Mar 30 2018

Lluvia Fina que te cala los huesos

Lluvia fina, La Cochera Cabaret, Paco Bernal, Nacho Albert, 23/03/2018. La Cochera Cabaret.

Texto: Elisabet González | Fotos: Alicia Rodríguez

"Transformar una sociedad cada día más llena de niños y adolescentes privados de voluntad"

Lluvia fina, La Cochera Cabaret, Paco Bernal, Nacho Albert, Ir al teatro un viernes de dolores en Málaga es realmente un acto de fe. En contraposición a los numerosos habitantes que recorren las calles en este día, preámbulo de la Semana Santa malagueña, nos encontramos una sala tímidamente habitada por amantes del teatro. Una lástima para una obra llena de mensaje imprescindible y actualidad. Para quien aun no conozca la obra, hace poco más de un año tuvimos la oportunidad de hablar con el tristemente desaparecido autor Nacho Albert, en una entrevista llena de verdades. Nacho nos presentó el teatro y especialmente una obra de estas características como herramienta de transformación. Y en eso aun estamos, en transformar una sociedad cada día más llena de niños y adolescentes privados de voluntad.

El proyecto de Lluvia Fina, inicialmente pensado para una versión más didáctica, se ha presentado en La Cochera con más dramaturgia, de la mano de nuestro querido Paco Bernal. Y en un entorno cercano e íntimo, los espectadores salimos del teatro impregnados de una lluvia fina que caló los huesos. Porque el tema del acoso escolar está demasiado presente en una sociedad que en muchas ocasiones mira para otro lado.

La puesta en escena es sobria y sencilla, vacía de artificios y llena de incomodidades. Aparecen tres personajes iluminados con una luz cenital: Adriana Cura en el papel de Sabrina, una niña extremadamente inteligente y sensible, objeto del temido acoso; Fernando Jiménez como Rafael, un padre algo perdido; y Pepa Acosta se convierte en Milagros, la profesora enterrada por una burocracia y un pragmatismo excesivos, que no sabe detectar a tiempo un problema latente. A este trío de ases, se suma el auténtico Lolo Martín como Simón, el amigo (imaginario o no) de Sabrina que le ayuda a recorrer ese arduo camino hacia la libertad.

La obra nos lleva por caminos difíciles y habitualmente poco transitados por los participes de este tipo de conflictos. El padre se refugia en su soledad, en sus anhelos y en un día a día repleto de trabajo innecesario, hasta que se da de bruces con el problema. La profesora se escuda en su falta de tiempo, en sus pérdidas y muestra una persona vacía de empatía hacia aquellos a los que ha de proteger. La protagonista se encuentra a sí misma en un entorno que odia y rechaza en absoluto, con un mundo interior y una imaginación desbordantes, se esconde donde se encuentra protegida, con su amigo Simón. Éste es el personaje con más luz, el que muestra el camino, el único que es capaz de ver los sentimientos encubiertos.

El trabajo actoral nos traslada a un escenario paralelo, en el que nos encontramos el común de los mortales. La educación ha de ser la base de todo, nos dicen en la obra que es el equilibrio entre pedir y dar. Debemos aniquilar las excusas que nos impiden ver más allá, para poder llegar al problema antes incluso de que lo sea. No puede haber intereses contrapuestos ni lucha de poderes. El objetivo es único con el fin de llegar al equilibrio emocional de nuestros jóvenes y niños, base de su felicidad absoluta. La comunicación y el respeto, palabras infinitamente repetidas que se tornan carentes de sentido, deben ser las que guíen ese camino a una madurez, exenta de vicios ocultos.

La elección de vida es tan fácil o difícil como el dilema de Sabrina: escoger una llave azul o una llave roja. Mostrar u ocultar. Fingir o Revelar. Asumir o Rechazar.

Lluvia Fina es una obra llena de esperanza y con el objetivo claro de dar visibilidad. Seamos consecuentes.

Lluvia Fina

De Paco Bernal y Nacho Albert
Interpretación: Pepa Acosta, Adriana Cura, Fernando Jiménez y Lolo Martín
Espacio Sonoro y Música: Miguel Olmedo
Dirección y Producción: Nacho Albert

Nota de Dirección

“Como Lluvia Fina acontece en el espacio mental de una adolescente que sufre acoso escolar, he querido presentar un escenario vacío, acotado con una marcada iluminación y una puesta en escena de lo más sobria, con idea de representar los lugares comunes por los que transitan los personajes vinculados emocionalmente al drama, personajes que jamás salen de escena porque cuando no actúan se convierten automáticamente en espectadores visibles, testigos mudos, de las sucesivas situaciones… para en última instancia erigirse en los pilares fundamentales sobre los que se sustentan la superación y final feliz de la joven protagonista.“ Nacho Albert