16/01/2015. Hotel AC Málaga Palacio. Off del XXII Festival de Teatro de Málaga.
Los Nigromantes es un espacio de sinergias estilistas y argumentales, a veces parece estar viendose una película de las clásicas, de las de blanco y negro, otras esos thriller con tensión, de ritmo a veces impetuoso, con sus espesuras y entresijos por desgranar, el misterio, el miedo, el humor. ¿El humor?
Texto y Fotos: Miguel Ángel Barba
Pero Los Nigromantes es también una montaña rusa en la que los actores tienen que bregar con los dientes de sierra de la tragicomedia, de lo tétrico maridado con lo esperpéntico, con cambios de registro y deconstrucciones interpretativas de las que a veces piensas como no les ocurrirá aquello de entrar en un velatorio felicitando a la familia o a una boda dando el pésame.
Recuerda por otra parte una de aquellas escaleras de caracol de largometraje en las que, mires arriba o abajo, no ves el final, nadie sabe que puede haber al final de la escalera o detrás de la puerta, solo Hitchcock o Stephen King. Y cuidado con la puerta que abres, puede ser que te topes con todos los fantasmas del camarote de los Marx.
En esta obra, a cada tramo le corresponde una nueva sorpresa. Pero sorpresas orgánicas, de las buenas, no sorpresas mecánicas fruto de ocultaciones fingidas, surgidas de agujeros negros en el texto o forzadas por la dirección o la interpretación. No hay golpes cantados ni sucesión de hechos que todos esperan. Hechos y acciones sobre los que por supuesto no estoy autorizado a hablar ni a desvelar: no autorizado por el mínimo sentido común.
En escena: yo, tu, ella, él y ellos. Una reunión de pronombres en busca de respuestas, de un qué fue lo que ocurrió. Un circunloquio de encuentros de toda índole donde despejar la incognita. Los actores se van despojando de todos sus estratos al tiempo que van despojando al público, cercano y directo, de todo tipo de presupuestos con los que pudieran haber llegado a esa sala de la tercera planta del hotel donde, una vez, se produjo el terrible asesinato de quien el autor quiso bautizar con su propio nombre, ¿un guiño del subconsciente o una artimaña premeditada?
Sea como fuere, el público se siente inquilino inconsciente profundo de esa habitación con la que podría llegar a soñar. Cuidado es casi psicotrópica y han quedado como una especie de perturbaciones atmosfericas.
Javier Viana es por todos conocido, como músico, como actor. Ya sea con Laviebel Teatro, Málaga Danza Teatro, Mirapalo o con Carmen Linares, con Sur, S.S., Guillermo Rayo o Toni Zenet, nada que descubrir por lo tanto de su buena catadura interpretativa de la que una vez más da muestras en esta obra.
Antonio Zafra, bueno, si alguien no lo conoce en Málaga que tire la primera verdura, son tan dispares y camaleónicas sus apariciones interpretativas en tantos y tan buenos montajes que es difícil ya sorprenderse de su capacidades dramáticas o cómicas.
De Carmen Titos solo conocía trabajos en clave de teatro infantil o para bebés, por lo que de alguna forma ha sido mi mayor descubrimiento en este espectáculo, la agradable sorpresa ha sido su diversidad de registros. Lo cual viene a corroborar lo que siempre he pensado: si haces buenos trabajos en el teatro infantil, está claro que eres una buena actríz. Con los años y con todo lo que tiene por crecer auguro una buena trayectoria.
El texto de Pablo Bujalance está claro que ha debido ser otro de sus buenos divertimentos, como sus habituales incursiones con A Telón Cerrado, tanto en el teatro de hotel, en las lecturas dramatizadas o en sus incursiones musicoteatrales con otras compañías. Da la impresión de que cuando escribe se lo pasa muy bien y los saborea adecuadamente antes del parto literario. Prácticamente todos los textos que he conocido de él me han parecido muy interesantes, y divertidos cuando de comedia se trata. Tiene una gran capacidad para saltar de un género a otro o amalgamarlos.
La dirección parte de la experiencia, la de su codirectores José Antonio Triguero y Maite Serrano quienes han dirigido tantos espectáulos y han experimentado tantas propuestas diferentes y novedosas que siempre se hace raro no verlos un poco más adelante, hacia la cabeza siempre del pelotón artístico malagueño. Uno nunca sabe cuánto de lo que muestra un montaje ha sido incluido por ellos al márgen del texto del autor.
¡¿Te lo vas a perder?! En Málaga se hace teatro fresco, vivo, sin fecha de caducidad y fuera de los encorsetamientos de las compañías ya manidas y ajadas, con grandes nombres pero poco ya que aportar. Y Los Nigromantes y A Telón Cerrado son una muestra de ese teatro vital de Málaga que sigue investigando, creando y aprovechando la buena cantera de autores y actores que por aquí tenemos.
Te quedan dos oportunidades... el viernes 6 y el sábado 7 de febrero a las 20 horas en el Hotel AC Málaga Palacio. www.lonigromante.blogspot.com www.ateloncerrado.com Reserva en
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Aportación de 10 euros.
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